Mil amores desnudos, me enamoro
de princesas moviéndose serenas.
Agita sus cabellos mi sirena,
no hay princesas, solo ella es mi tesoro.
Viejos los sonidos, dulce es mi coro
sobria precencia suya en mi faena
férrea su amistad en esta cena
hermoso este momento, lo valoro.
Sensaciones saborean mi rubor
de extraviar su mirada y su simpleza:
sin su vida, en la mía no hay dulzor
Futuros sentenciando, bella fresa,
lo sincero y salubre del amor:
nada es falso, sonríe tu belleza.
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